martes, 24 de febrero de 2015

¡A VOLAR, AMOR...!


"JULIÁN Y EL GLOBO", un drama en el aire.

Así voló en Madrid a lo largo del mes de febrero... Una preciosa experiencia.

Gracias a todos los que os acercasteis, y gracias por vuestros bonitos comentarios. A volar, amor...






 




  




miércoles, 18 de febrero de 2015

RECORDANDO A JARDIEL


Hoy, como cada 18 de febrero, aniversario de su fallecimiento, un recuerdo para un autor que sigue vivo, Enrique Jardiel Poncela.

Porque Humor, Habsurdo, Hinteligencia y Helegancia se escriben con H...

Mi Homenaje y el de Juan Ballester (autor del blog Jardiel En El Recuerdo)

domingo, 15 de febrero de 2015

FRAGMENTOS de "CHEQUE EN BLANCO"


CHEQUE EN BLANCO


ACTO ÚNICO



            En un despacho sito en cualquier complejo de oficinas, ninguno en concreto. Bueno, alguno con nombre de pintor. Picasso puede valer. Torre Picasso. En cualquier despacho. Va, en el despacho 36 de la 5ª planta, Torre Picasso (Complejo AZCA, Paseo de la Castellana, Madrid).


           Un señor de mediana edad, el SR. BLANCO, sentado en un sillón peleando con mil papeles. Haciendo cuentas, repasando, anotando, rodeado de facturas… En suma, trabajando.


              Llaman a la puerta.


SR. BLANCO.─ Adelante…

JEREMÍAS.─ (asomándose): ¿Se puede?

SR. BLANCO.─ (extrañado): Sí…, ¿qué desea…?

JEREMÍAS.─ (leyendo el nombre en un papelito): ¿El… señor Blanco, por favor?

SR. BLANCO.─ Sí, yo soy… (JEREMÍAS entra, con traje de chaqueta y portando una cartera) ¿Pero estaba usted citado? ¿Le ha dejado pasar la secretaria?

JEREMÍAS.─ No he visto a ninguna secretaria…

SR. BLANCO.─ Sí, es verdad. Ahora lo recuerdo. No hay secretaria… La tuve que despedir hace tiempo, no llegaba el dinero… Pero dígame, ¿cómo le han dejado subir los de seguridad del complejo?

JEREMÍAS.─ ¿Seguridad? ¿Qué seguridad?

SR. BLANCO.─ Cierto, los recortes… Hace meses que se prescindió de ellos… Bueno, dígame, ¿en qué puedo ayudarle?

JEREMÍAS.─ (leyendo su papelito): “Sr. Blanco. Pequeño y mediano empresario. Gerente, titular, tesorero, asalariado y único empleado de ‘Blanquisa, ─…’”

SR. BLANCO.─ (interrumpiendo): “Blanquia”, mi empresa es Blanquia Sociedad Anónima Limitada.

JEREMÍAS.─ Mmm… (Corrige el papel. Sigue): “‘Blanquia, Sociedad Anónima Limitada’. Estado civil: casado. ─…”

SR. BLANCO.─ (interrumpiendo nuevamente): Divorciado.

JEREMÍAS.─ Pero antes estaba casado.

SR. BLANCO.─ Sí, y antes soltero. Pero dígame quién es usted.

JEREMÍAS.─ ¡Cierto, disculpe! Me presento: Jeremías Pérez del Peral. Inspector de Hacienda, pólizas y efectos postales (...)

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JEREMÍAS.─ (sonriendo maléficamente, tras un silencio en el que juega chocando sus dedos y observando a su interlocutor): Señor Blanco: lo sabemos todo…

SR. BLANCO.─ ¡¿Cómo?!

JEREMÍAS.─ Señor Blanco, no hace falta representar ninguna farsa. Llevo años jugando al gato y el ratón con cientos de empresarios, ¡miles!, desde los más pequeños hasta los peces más gordos… Ellos creen sabérselas todas, y que hecha la ley, hecha la trampa… Pero recuerde usted que la banca, siempre gana…

SR. BLANCO.─ ¿La banca? Creía que había dicho que era de Hacienda.

JEREMÍAS.─ Bueno, “la banca”, “Hacienda”… Llámelo “x”.

SR. BLANCO.─ “X”…

JEREMÍAS.─ ¿Decía?

SR. BLANCO.─ Lo llamaba “x”…

JEREMÍAS.─ Eso es…

SR. BLANCO.─ Me temo que no entiendo nada… Y estos señores (por los lectores/espectadores), tampoco…
 
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JEREMÍAS.─ ¡Tranquilo, señor Blanco, tranquilo…! Señor Blanco, tenemos abrumadoras sospechas de que usted no defrauda…

SR. BLANCO.─ ¡¿Que yo defraudo?! ¡Pe─…!

JEREMÍAS.─ (cortándole): No me ha escuchado usted… He dicho, que tenemos sobradas sospechas de que usted NO defrauda…

SR. BLANCO.─ Pero… Esto es absurdo…

JEREMÍAS.─ (sonríe de nuevo malvado) Claro… Ahora usted se hace el sorprendido… Luego lo negará todo… Se sacará de no se sabe dónde unos supuestos balances que justificarían sus palabras…

SR. BLANCO.─ ¡Esto es escandaloso!

JEREMÍAS.─ “¡Esto es escandaloso!” Siempre dicen eso.

SR. BLANCO.─ ¡¿Pero qué broma es ésta?!

JEREMÍAS.─ Eso es lo siguiente que dicen.

SR. BLANCO.─ ¿“Dicen”? ¡¿Quiénes?!

JEREMÍAS.─ (levantándose y echándose encima): ¡Ustedes, señor mío! ¡Los de su ralea! ¡Los que se aprovechan de las reglas de juego que nos hemos dado en este sacrosanto país!, ¡los que quieren usar la Administración en su provecho y sólo en su provecho y que ésta le baile el agua! ¡Los que se obstinan en seguir sus normas! ¡Los que se creen que pueden darnos un ejemplo de moralidad, de una ética de novela rosa…! ¡Los que se sirven de contactos, amigos, para lo mismo de siempre, para sus oscuras intenciones, para…: NO DEFRAUDAR!

SR. BLANCO.─ ¿“No def─…”?

JEREMÍAS.─ Sí, amigo mío… Sí, señor Blanco… ¿Creía que nos la iba a dar con queso? ¿Y a mí, a Jeremías Peral…?

SR. BLANCO.─ Pérez del Peral.

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JEREMÍAS.─ (...) En este país del “déjame que hago una llamadita y ya tú verás…”, del “favor con favor se paga”, del “todos lo hacemos”…, ¿va usted de…, “alma cándida”…?


SR. BLANCO.─ Pero… ¿Es que…? ¿Es que todos tenemos que jugar a ese juego asqueroso? ¿Pero es que creen ustedes que todos estamos manchados, podridos? ¿Tan enfermos están ustedes?
  
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SR. BLANCO.─ ¿Qué quiere usted…? ¿Quiere libre acceso a mi ordenador? ¿A los archivos? ¿A mis papeles? (Mostrándolos): ¡Aquí tiene los balances! ¡Las facturas! (Lanzándolas al aire): ¡Facturas, facturas, facturas…! (Sacando los documentos de unas carpetas o bandejas): ¡Todas mis declaraciones de Hacienda! ¡Todos mis recibos! ¡Todo al día!, siempre viviendo “al día”


JEREMÍAS.─ (entre dientes): Tal vez ése sea el problema…

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JEREMÍAS.─ ¡“Blanquia”…! “Blanquia!, está claro. “Blanquia”, de “blanqueo”, ¡usted es de los nuestros! 

SR. BLANCO.─ ¿Está usted loco? “Blanquia”, de Blanco, ¡de mi apellido!, ¡Blanco!, ¡como mi conciencia!, ¡blanca!

JEREMÍAS.─ Claro… “Blanco”… Como “cheque en blanco”… Señor Blanco: ¿es usted demasiado listo…, o demasiado tonto…?
 
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JEREMÍAS.─ Señor Blanco… Prepárese para recibir todo el peso de la ley… O se está dentro, o se está fuera… Y usted está fuera…

SR. BLANCO.─ ¿Qué me espera entonces…?


(Continúa...)



© Diego Fdez. Sández

(Escrita en el Café Comercial, en el año de gracias)



[Ideada y escrita en unas pocas horas en el transcurso del Salón del Libro Teatral de Madrid 2014, para el premio Teatro Exprés]


[Para Manuel Aguilar, por su apoyo, trabajo y adhesión para con este autor]